martes, 21 de agosto de 2012

COPLAS DE IVA Y VUELTA



Reconozco que el título de esta entrada en una malformación idiota de una frase hecha. No se me ocurría nada más creativo porque el asunto de esta reflexión no pretende ser original ni artístico, sólo real y coherente. Hablamos de la próxima y desproporcionada subida del IVA sobre las actividades culturales prevista para inicios de este otoño. 

Este es un país insensato e ingrato con los profesionales de la cultura y sobre todo con el sector artístico. Cuando se anunció el importante incremento del IVA, todos alzamos la voz en protesta ante una medida que entendíamos iba a cerrar salas de cines, a vaciar conciertos y a dejar desérticas las librerías. Sin duda, estos tres segmentos de la cultura (cine, música y literatura) son los más afectados porque tendrán que incrementar sus productos y actividades en un 13% (diferencia de puntos entre el IVA anterior 8% y el futuro 21%). Lo que viene a apuntillar la ya depauperada situación de la industrial cultural.

Uno de los aspectos que, personalmente, me preocupan más es el incierto panorama en el que se verán sumidos los artistas españoles. Vayamos por partes. En primer lugar ningún gobierno nacional ha apostado firmemente por el arte español emergente. Apoyar la creación nacional no consiste en dar becas durante un año y después ¡chas, búscate la vida!, tampoco en hacer exposiciones en embajadas pretéritas a las que asisten cuatro Pititas de pelo cardado, ni siquiera en comprar obra que permanecerá per secula seculorum en almacenes de Diputaciones, Ayuntamientos e incluso Museos, donde se prefiere la obra de desconocidos extranjeros porque suena más guay. Apoyar el arte nacional significa dotar de facilidades a la estructura civil para que pueda desarrollar un mercado coherente y competitivo en nuestro país y, por añadido, el exterior. 

Es una tesis apta para todos los públicos: dejen de despilfarrar fondos públicos en exposiciones inútiles a las que asisten veinte personas, líbrense de asesores facinerosos que ganan una pasta por no hacer nada, utilicen el dinero público en una estrategia jerárquica que consiga fomentar el espléndido patrimonio de comarcas olvidadas, creen una ley de mecenazgo donde la sociedad pueda intervenir en la cultura obteniendo beneficios fiscales, mantenga el IVA reducido de la Cultura e incluya al sector artístico. No ve que con estas claves conseguirá impulsar uno de los pocos sectores donde España podría ser pionera: el Patrimonio Cultural y Artístico. 

Por desgracia lo que se nos avecina es otra historia: los jóvenes artistas, a los que el Estado ha dotado de conocimientos lingüísticos gracias a la expansión de las becas Erasmus, Picasso, Talentia, etc. no tendrán ningún problema en emigrar a un país con mejor disposición; las galerías y casas de subastas se convertirán en los chiringuitos que eran hace una década, después de que entraran nuevos profesionales formados en el extranjero (cuando en España no había postgrados especializados en mercado del arte) que, igualmente, terminarán huyendo de este país. Las cuatro galerías importantes, con presencia internacional, no tendrán más remedio que replegar a sus artistas ya que ningún coleccionista privado podrá asumir los escandalosos costes de la obras. Bueno, siempre hay una forma de que se siga comprando obra, pero ahí, Señores del Estado, no van a vender ni un santo euro (ustedes ya me entienden). 

In conclusion, (yo también he estudiado fuera) mucho me temo que en los próximos años el país volverá a las verbenas de coplas y panderetas como única forma de expansión cultural (y no es un insulto, oiga, solo una expresión de desencanto por lo que pudo ser y no fue porque otros no quisieron). 

P.S.: Para lo que creen que la cultura es un lujo, piensen cuántas veces le han cobrado por entrar en una galería de arte a ver una magnífica exposición. 

(Imagen: le he encontrado en el estupendo blog de La Idiota Internacional S.L., se trata del libro The Art Crisis de Bonnie Burnham)

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