martes, 10 de julio de 2012

NEKO IS HERE



Artículo publicado en Radio Gladys Palmera.

"Artista polifacético, agitador contra-cultura-establecida, terror de las empresas que alquilan soportes publicitarios, genio, provocador de dolores de cabeza a las oficinas de urbanismo de las ciudades, agitador de conciencias", son las primeras palabras utilizadas por Pilar Lleó, comisaria de la exposición, para desbribir al artista urbano Neko. Su nombre puede sonarte a chino si no estás en la onda de la cultura callejera pero si paseas por algunas de las ciudades más pobladas de este país y diriges tu mirada hacia soportales, señales de tráfico, ángulos de edificios históricos seguro que encuentras su firma por alguna parte. Ahora expone sus iconos de protesta en una galería del céntrico barrio de las Letras en Madrid y se ha convertido en una de las muestras alternativas con mayor tirón, a pesar de las fechas. Pero, ¿porqué genera esta expectación una exposición que tienes el resto del año al aire libre, en tu propio barrio, en la fachada de casa? Pienso que el arte canalla está en pleno auge pero tiene una explicación histórica.

Sí, para muchos, la historia es esa disciplina aburrida y densa que estudia hechos pasados que a pocos importa. Sin embargo, es la única ciencia que demuestra la escasa evolución de la especie humana. Lo que hoy nos parece un hecho extraordinario digno de loa no es más que una repetición temporal, algo que ya se hizo vestido con otra camisa limpia o sucia. Y ocurre lo mismo con el arte. La edad postmoderna quiso olvidar el pasado proponiendo una alteración de estilos, mezclados pero no agitados, donde un capitel toscano convivía con un fuste de hormigón y una basa de chicle. La siguiente generación, padres simbólicos de los artistas emergentes actuales, retrató con una mirada irónica, histrónica, manierista a la sociedad de alto consumo. Pero el sueño californiano demostró ser una farsa y a los jóvenes creadores les está tocando vivir la cara menos amable del arte. Por ese motivo, entiendo yo, sus formas de expresión son cada vez menos refinadas y carecen de imposturas y artificios. Pero, como decimos, no hay nada nuevo bajo el sol.

Porque el arte en la calle se remonta a tiempos antiguos e incluso existen disciplinas académicas como la semiótica que ha estudiado las pintadas callejeras con el fin de comprender las preocupaciones de civilizaciones pasadas. Personalmente, siento una especial fascinación hacia los graffitis que pueblan las agitadas calles de las ciudades que estuvieron bajo mando romano. Signos sexuales, caricaturas a emperadores, textos de burla y queja o panegéricos a personas amadas son prueba arqueológica de que, más allá de los límites del civismo, la calle es un extenso lienzo en blanco donde plasmar las preocupaciones personales. 

Según nos cuentan, Neko comenzó en esto del arte urbano hace ya más de quince años. Su escuela ha sido la misma calle, entorno que conoce a fondo, no como el resto de pobladores urbanistas que la concebimos como un trámite, algo que está ahí de paso. Entiendo que una forma de vida callejera aviva la capacidad de observación y crea una conciencia crítica en torno a la cantidad tan infame de mensajes publicitarios a la que estamos sometidos cotidianamente. De ahí su rebelión y su osadía. Donde las empresas difunden sus campañas comerciales, él dispara sus consignas.

Desde un punto de vista puramente estético, Neko está más cerca de Jeff Koons que de Banksy. Y este matiz, personalmente, me chirría un poco. El arte urbano del gran artista inglés se forma a través de un repertorio de metáforas muy ácidas pero con un fondo humano -a veces rozando lo sentimental-. Los objetos que forman la exposición de Neko beben de las fuentes propias del arte pop; son globos, sellos, camisetas por lo que parece una revolución consumista frente al propio consumo, una especie de eterno retorno. En síntesis, que el arte urbano se instale en galerías de arte no debe preocupar a los más puristas, sobre todo cuando el espacio está liderado por jóvenes comisarios con las mismas preocupaciones y el mismo sentido estético que los propios artistas. Lo normal cuando ocurre esta simbiosis es que se formen movimientos artísticos, como ocurrió con la galería L'Attico y el Arte Povera, por citar un ejemplo menos trillado que el de Leo Castelli y el Expresionismo Abstracto. A Neko y a sus valientes galeristas les pediría una mayor reflexión teórica para culminar con éxito la heroica tarea de generar una identidad artística propia.

1 comentario:

  1. Aqui teneis lo ultimo de NEKO http://l3utterfish.blogspot.com.es/2013/01/poster-lincoln-by-neko-arte-urbano-en.html

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