martes, 25 de septiembre de 2012

DIARIO DE UN TASADOR DE OBRAS DE ARTE



En este cuaderno de experiencias, nos gustaría relatar algunas de las ocasiones más divertidas, instructivas o paradójicas que nos han ocurrido desde que empezamos a trabajar como catalogadores y tasadores. Nuestra intención es ilustrar la forma en la que llevamos a cabo nuestro trabajo, además de concienciar a los pequeños y grandes coleccionistas en la necesidad de realizar una puesta a punto de sus objetos artísticos.

La primera de las anécdotas que vienen a nuestra memoria coincidió con uno de nuestros primeros trabajos. Evidentemente todos los datos son ficticios, lo importante es el desarrollo de la historia. Un señor muy ilustrado en temas históricos quería tasar una pequeña caja decorada con motivos que, según él, respondían a un ideario de bestias y monstruos de la Edad Media. Su teoría se basaba en que, según le había contado su abuelo, hubo un rey que allá por el siglo XVI pasó una noche en la casa que sus antepasados tenían en el norte de España. El dueño de tan preciado objeto afirmaba que este rey dejó como regalo por la hospitalidad la presente caja y que, por lo tanto, se trata sin géneros de dudas de un objeto anterior a la fecha.

Cual fue nuestra sorpresa que, al observar el objeto de cerca, descubrimos que tales animales mitológicos pertenecían a la iconografía típica de Perú en el siglo XVIII. Pues bien, aunque realizamos un completo informe al respecto, el dueño de la caja seguía sin dar crédito a nuestras afirmaciones. Con este ejemplo, queremos hacer notar que muchas veces la realidad se confunde con la fantasía generada por leyendas caseras que tienen decenas de años pero la Historia es una ciencia que se sustenta en hecho comparados, alejados de cábalas.


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