¿JÓVENES COLECCIONISTAS?

Esta mañana, al despertar de mi actividad cibernáutica, me ha procurado cierta congoja leer un pequeño artículo sobre un famoso desayuno de expertos en mercados del arte. El titular se aferraba a la idea inconsciente de una remontada visible en la compra de arte debido a tres motivos fundamentales: la bajada de los precios, la cuidada selección de los objetos artísticos y la entrada de los jóvenes coleccionistas.

No me ha debido sentar bien el café. O quizás eran las tostadas de pan de ayer. Puede que esta cara de boba se deba a que he entrado en la recta final del mes. Sigo sin reaccionar, disculpen. ¿Jóvenes coleccionistas que gastan en 1.000 y 5.000 euros en compras de artistas emergentes? Sigo sin reaccionar, disculpen.

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Soy de esa clase de personas que llora en las películas cuando el personaje más viril y ético suelta su discurso demagógico. Heme aquí:

"Oh jóvenes excesivamente calificados
Mano de obra barata
Que vivimos en casa compartidas hasta los 40
Que compramos en el Lidl el botellón
Que vestimos de Zara Tara
Que nunca tendremos un casa
Que nunca tendremos un plan de pensiones
Que nunca hemos comprado un periódico

Oh jóvenes!
Nosotros, la generación de los elegidos
Elegidos por otros para que estemos calladitos
Que nos ponemos gafas de pastas

Oh jóvenes!
Coleccionistas de artistas emergentes."

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Otro heme aquí menos ridículo por Vicente Huidobro.

Heme aquí al borde del espacio y lejos de las circunstancias
Me voy tiernamente como una luz
Hacia el camino de las apariencias
Volveré a sentarme en las rodillas de mi padre
Una hermosa primavera refrescada por el abanico de las alas
Cuando los peces deshacen la cortina del mar
Y el vacío se hincha por una mirada posible

(Fotos de Alex Webb)